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domingo, 23 de septiembre de 2012

Blake Lively: «Me gustan las cosas caras, pero gasto de forma moderada»


Blake Lively no tiene un pelo de tonta. Con su cara de niña buena muchos pensaron que su carrera artística se reduciría a la exitosa serie televisiva 'Gossip Girl' y poco más. Ha necesitado que le dieran un papel de fuste en el cine -'The Town'- para demostrar que tras esas piernas infinitas y cuidada melena rubia se esconde una actriz mayúscula. 'Salvajes', la última película de Oliver Stone, supondrá su reválida. En la piel de Ofelia, Blake transita por terrenos pantanosos. Nada parecido al de su personaje de pija neoyorquina de Serena Van der Woodsen, donde tira alegremente de fondo de armario. Aquí no. Es la amante de dos narcotraficantes que se las traen con los crueles carteles mexicanos de la droga y luce una indumentaria bastante desarrapada. «Siempre me visto como los personajes que interpreto y me adapto a la ciudad en la que esté», afirma.
Es curioso cómo la industria trata a esta joven californiana, recién casada con el ex de Scarlett Johansson, Ryan Reynolds. Mientras el cine muestra un lado «oscuro que desconocía que tuviera» y la dibuja como prostituta con problemas sexuales, la moda la seduce con elevadas dosis de glamour y contratos irrechazables. Blake Lively, de 24 años, es la embajadora de Gucci Premiére, que saldrá a la venta el próximo mes. La última fragancia de la firma de Frida Giannini contiene aromas de cuero, madera, bergamota y flores blancas. El perfume le hace pensar en la «alegría» de su juventud y en «la fuerza de ser mujer».
Pequeña de cinco hermanos, la actriz está como loca. La moda y la cocina son sus dos grandes pasiones. Le pierden los zapatos, que colecciona de forma compulsiva. «Poseo cientos de pares aunque no sabría decir exactamente cuántos», admite. Sin embargo, en contra de lo que es costumbre en Hollywood, prescinde del concurso de los estilistas para elegir las prendas, los zapatos y las joyas que luce. No solo eso. Muchas veces ella misma se peina y maquilla para acudir a los eventos más espectaculares. Aunque, claro, luego pasa lo inevitable, que se arrepiente y grita: '¡Dios! ¿Por qué me hago esto a mí misma?»

Monógama
Es entonces cuando echa de menos los tiempos de 'Gossip Girl', donde no había diseñador al que «no tuviera acceso». Amante de las grandes firmas, Blake se contiene para evitar que su fascinación por los trapos le pase una factura demasiado alta: «Me encantan las cosas caras, pero gasto de forma moderada. También me gusta la seguridad financiera».
Es en cuestiones sentimentales donde esta bomba sexual confiesa sus rarezas. Defiende la monogamia como estilo de vida, porque considera que no hay «nada más sexy» que estar con la misma persona cada día. De hecho, asegura que su marido es uno de los pocos hombres a los que ha besado en su vida, no así en el cine.

Fuente: elcorreo.com

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