Es temporada de desfiles en Nueva York y en los pasillos de los estudios Milk el caótico trasiego de estilistas, relaciones públicas y modelos es incesante. Blake Lively pasa a nuestro lado y apenas llama la atención: parece una maniquí más entre el esbelto rebaño de bellezas. Altísima y delgada, camina con soltura sobre los infinitos tacones de sus botas de mosquetero. Lleva el oficio en las venas. Su madre, Elaine, era modelo y el resto de su familia –sus cuatro hermanos mayores y su padre, Ernie– son actores. Ella intentó navegar a contracorriente, pero no lo logró.
La insistencia familiar pudo más y al fi nal se presentó a regañadientes en el casting de la comedia juvenil “Uno para todas”. Sin saber qué hacer, entró, dejó su foto sobre la mesa y se dio media vuelta. Así consiguió el papel. Poco después, selló el pasaporte a la fama gracias al personaje protagonista de la serie “Gossip girl” y se ganó el respeto de la crítica gracias “The town”, dirigida por Ben Affleck Con sólo 23 años ha estampado su firma en una potencial franquicia, “Linterna verde”, que se estrena este fin de semana en España.Viste de negro de pies a cabeza –botas, leggings y jersey oversize–, un look sorprendentemente sobrio para una fashionista declarada como ella. Sin apenas maquillaje, juega con su melena ondulada y dice que es enfermizamente tímida, pero no resulta creíble porque es simpática, risueña y repite sin cesar que es feliz.
Mujer Hoy. Nació y creció en California, pero vive en Nueva York por exigencias del guión. ¿Le gusta la gran ciudad?
Blake Lively. Me encanta. Si viviera en un sitio más tranquilo, sin el ritmo frenético que tiene esta ciudad, sería mucho más duro trabajar tanto. Nueva York siempre está respirando y esa energía te alimenta. Cuando te levantas a las cuatro de la mañana para ir a rodar y las calles están llenas de gente, no te sientes tan sola y desdichada. [Risas].
Viene de rodar su serie, de hacer una sesión de fotos, ahora toca hablar con la prensa y luego tiene que coger un avión a Londres. Con esa agenda, ¿le queda tiempo libre para algo?
¿Tiempo libre? Llevo tres meses viviendo en un avión. Pero merece la pena porque estoy haciendo cosas que me apasionan. Y cuando tengo un rato, cocino. Es mi válvula de escape. Me gusta explorar y experimentar en la cocina. De hecho, me encantaría tener un restaurante.
¿Y se encargaría usted de los fogones?
Claro, yo sería la chef. No sabría delegar. Por mí, lo haría todo: cocinar, decorar el restaurante y prácticamente darles de comer a los clientes. ¡Sería un negocio desastroso! Pero la hostelería es muy absorbente y ahora no es el momento… Toda mi familia es de Georgia y allí cocinar forma parte de la vida, es tan esencial como respirar.
Por su pasión gastronómica deduzco que pasa de las dietas…
Sí, simplemente tengo suerte de tener un metabolismo privilegiado. Antes, ni siquiera hacía ejercicio, pero empecé a ir al gimnasio para rodar “Linterna verde”. Trataba de ir tres veces por semana y terminé yendo una vez al mes. [Risas].
¿Qué es lo que más le ha gustado de hacer la película?
Crecí viendo películas de superhéroes, pero lo que más me gusta de esta historia es que, habitualmente, los superhéroes son hombres y ellos son los que se encargan de salvar al mundo y al personaje de la chica. Pero es raro que sea la chica la que salve al superhéroe, como sucede aquí.
Usted no quería ser actriz, ¿por qué?
¡Porque mis padres y mis cuatro hermanos son actores! Yo siempre fui la niña pequeña y retraída dentro de una familia de personalidades arrolladoras. Mis padres iban a clases de interpretación y yo les acompañaba porque no tenían niñera, pero siempre pensé que este negocio no era para mí porque no me emocionaba la idea de hacer lo mismo que ellos. Quería tomar mi propio camino. Y mira, aquí estoy.
Una pequeña curiosidad: ¿Blake no es nombre de chico?
Sí, es el nombre del hermano de mi abuela. Mi madre ha tenido cinco hijos y nunca quiso saber el sexo antes de dar a luz. Decidieron ponerme Blake si era niño y Blakely si era niña. Pero, por alguna razón, me llamaron Blake durante todo el embarazo. Y así se quedó.
Pues a primera vista es usted el paradigma de la feminidad.
De pequeña era bastante chicazo, la verdad. Tengo una foto muy graciosa con un precioso vestido lleno de lazos y mis complementos son una gorra de beisbol puesta para atrás, rodilleras, zapatillas y, encima, estaba completamente manchada de barro. [Risas]. Me gustaban las princesas, pero también ensuciarme y jugar con los chicos.
¿De dónde le viene su vena fashionista?
Me encanta la moda y aprecio el diseño desde que era pequeña. Mi madre y mis hermanas son modelos y en casa lo hacíamos todo nosotras: comprábamos la tela y diseñábamos vestidos. Por eso, para mí poder estar en la pasarela de París sentada junto a Karl Lagerfeld, visitar los ateliers de los diseñadores o ver los bocetos de las nuevas colecciones es un sueño hecho realidad.
Dice una revista masculina que es usted la mujer más sexy del mundo. Cuando se mira al espejo, ¿le gusta lo que ve?
Tengo inseguridades. Hay muchas cosas que cambiaría y, a la vez, envidio el físico de otras mujeres. Ese tipo de títulos son un honor, pero no son reales. Además, yo no me defino a mí misma por mi aspecto, sino por mis pasiones. Y los buenos peluqueros y maquilladores ayudan mucho. Soy feliz, supongo que eso te ayuda a irradiar algo especial.
Ahora que ha conocido las entrañas de Hollywood, ¿qué le ha decepcionado?
Es frustrante ser más conocido por ser una celebrity que por tu trabajo. Ayer estaba en una reunión con un gran productor y charlábamos de una película. Él no recordaba el nombre del actor y dijo: “Ese al que arrestaron por conducir borracho”. Y esa persona es alguien que ha hecho películas increíbles y ha ganado premios, pero da igual. Se le recuerda por haber cometido un error. Es triste. Y creo que eso perpetúa los hábitos autodestructivos de cierta gente. Muchas personas no pueden soportar esa presión. Si yo solo tuviera que actuar y pudiera evitar la otra parte del negocio, sería feliz...
Ser joven, famosa y millonaria es una mezcla explosiva que se ha cobrado muchas víctimas. Usted parece ser inmune al escándalo. ¿Cuál es el truco?
Yo tengo cuatro hermanos que han hablado mucho conmigo y no he tenido cometer todos los errores yo sola mientras la gente me miraba por un microscopio. Pero mucha gente tiene que aprender sola con una cámara encima. Mi secreto es que las cosas que me hacen feliz no están definidas por este negocio en el que todo es efímero y reemplazable, donde un día, eres amada y al siguiente, un monstruo. Y eso ayuda.
Fuente: hoymujer.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario